Al volver de Utrecht, tuvimos que hacer trasbordo en Rotterdam. Y en la estación hacía un frío de morirse. Así que, Ana me enseñó a bailar un baile tradicional sueco para mantenerme en movimiento.
Como tengo el ritmo de una escoba, conseguí hacer el paso completo sin confundirme UNA VEZ. Y entonces dejé de bailar.
En Utrecht comimos poffertjes en medio de un mercado de abetos al que llegamos sin querer. El mundo es una cosa muy guay la mayoría del tiempo.



Ah I live near by Utrecht and I love the city. Good that you tried the poffertjes (the Dutch little pancakes), they are one of my favourite!
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Thank you very much for your comment!
Two quick things: I loved Utrecht as well (you’re so lucky to live nearby!) AND I could eat poffertjes forever.
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