Es octubre. Los días son más largos y hace calor, así que hemos cenado varias veces en el jardín. Es suficiente motivo para estar muy contentas, pero además hace dos findes fuimos a Hunter Valley.
Lo que hicimos: beber cincuenta mil vinos diferentes e ir en bici de una bodega a otra. Tan divertido como suena. El domingo nos despertaron unos canguros “hablando” al lado de la ventana de nuestra habitación. Fue la primera vez que pasamos calor de verdad y fuimos a bañarnos a Birubi Beach, que más que una playa parecía un desierto.
Realmente la primavera es la mejor cosa.